En la Ascensión del Señor
En la Ascensión del Señor
Roberto Jiménez Silva
Hacía unos cuarenta días que Cristo Redentor había resucitado por sí mismo, resurgiendo triunfalmente del sepulcro, para procurarnos en su gloriosa resurrección una prueba de la nuestra.
En este tiempo, se apareció varias veces y de diferentes maneras a sus discípulos, proporcionándoles sus instrucciones sobre el Reino de Dios y la entidad Eclesial. Aislados los discípulos en Galilea, en un tiempo posterior a la resurrección, recibieron el mandato de regresar a Jerusalén para celebrar la fiesta de Pentecostés que se acercaba. Diez días antes de ese rito, estando comiendo juntos, se les apareció de nuevo Jesucristo; y como debía de ser la última vez, conversó con ellos más prolongadamente sobre la gran tarea que iba a entregarles; dispuso que fuesen a predicar el bautismo y la penitencia, y que reafirmasen su doctrina con milagros; revistiéndoles de la autoridad que Él mismo había admitido de su Padre para realizarlos. E aquí de nuevo cuño, su pastoral sobre la tierra; y la experiencia testimonial de la verdad de su testimonio, que para mayor abundamiento había de ratificar también con su propia sangre.