Actos de Semana Santa en la Catedral de Toledo celebrados en 1862

Actos de Semana Santa en la Catedral de Toledo celebrados en 1862

Roberto Jiménez Silva

Señalaba el cronista en un periódico de 1862:
“A pesar del tiempo frío y húmedo que se ha experimentado en la semana que hoy termina, las funciones religiosas de la S.I.C.P. han sido no menos concurridas que en años anteriores. Desde el principio de ella se advertía afluencia de forasteros, muchos de ellos procedentes de la Villa y Corte de Madrid. La concurrencia ha sido más notable en los días de miércoles, jueves y viernes santo. Estamos persuadidos que no ha sido una vana curiosidad lo que ha estimulado al pueblo fiel a concurrir al grandioso templo toledano, singular por su clase, notable por su elegancia, admirable por su belleza. Los inefables misterios que en él se nos representan durante la semana llamada justamente por los Griegos y Latinos hebdomada mayor, Semana Santa, y a veces Semana penosa de Cruz, aflicción y austeridad, habrán sido el móvil principal de esta concurrencia. En estas solemnidades la S.I.C.P. ha desplegado la pompa, suntuosidad y magnificencia con que acostumbra a celebrarlas, a pesar de la penuria y privaciones que experimenta.”


“El Domingo de Ramos celebró la entrada triunfante de nuestro Redentor Divino en Jerusalén, cinco días antes de su Crucifixión, repitiendo este vaticinio del Profeta Zacarías (Cap. 9.): <<Alégrate mucho hija de Sion, salta de alegría, hija de Jerusalén, mira tu Rey que viene a ti, el Justo, el Salvador>> y cómo el antiguo pueblo le dirigía alegres exclamaciones diciendo: <<Hosanna, Hijo de David: bendito el que viene en nombre del Señor: Hosanna en las alturas.>>”
“El Jueves Santo, en que se hace conmemoración de la última cena con la institución del sacramento de la Eucaristía, nuestro Emmo. y Rmo. Sr. Cardenal Arzobispo lavó los pies de doce pobres, renovando la memoria del Lavatorio de Jesucristo a sus Apóstoles; en seguida y celebrando de Pontifical consagró los Santos Óleos, y repartió al Clero Catedral el pan Eucarístico, con grande edificación de los que contemplaban actos tan solemnes y religiosos. Terminada la celebración de los Oficios Divinos S. Emcia. Llevó al Señor Sacramentado en solemne procesión y le depositó en el Monumento hasta el día siguiente, que en la misma forma le condujo al Altar mayor, donde se celebró la Misa llamada de los Presantificados Misterios.”
“El Oficio de Tinieblas, especie de exequias fúnebres que la Iglesia por espacio de tres días hace a su Divino Esposo, se han celebrado con pausa y majestad. El hermoso candelabro triangular, colocado en medio del Coro, lucía con sus quince velas, que sucesivamente fueron apagadas una al terminar cada Salmo de los que se cantan en Maitines y Laudes. Las Lamentaciones del Profeta del dolor y los Misereres a toda orquesta por la capilla de música.”
“El grandioso monumento de esta Santa Iglesia ha sido, es y será la admiración de los que le han visitado. A pesar de lo que digan lo que no saben sino poner faltas en todo, la obra de D. Ignacio Haam inmortalizará su nombre y el de D. Eugenio Alemán, que cooperó a realizar el pensamiento de tan grande artista. La Hostia Sacrosanta, depositada en la preciosa urna, labrada con maestría por D. José Folch, recibía las adoraciones de los fieles, colocada dentro del Tabernáculo. Las cuatro estatuas, que representan los guardas del Santo Sepulcro, obra del escultor Alari; y los dos ángeles respetuosamente prosternados en medio de la gradería, y los que con los atributos de la Pasión en sus manos adornan la cúpula del tabernáculo, hechos por el inteligente Salvatierra, manifestarán siempre que en España se han cultivado las artes hasta en su mayor perfección. El mejor y más precioso adorno del Monumento, que es su pabellón y colgadura, campeaban y sobresalían, decorándole primorosamente; y la Santa Cruz, símbolo de nuestra redención, se ostentaba majestuosa iluminada con doscientas veintidós velas.”
“Nos prolongaríamos demasiado si hubiésemos de referir otros pormenores de estas funciones sagradas, más no debemos omitir que ha sido noble el recato, compostura y religiosidad de cuantos hemos concurrido a celebrarlas.”
“Nuestro Emmo. Prelado bendecirá mañana con solemne bendición papal a este pueblo religioso, concediéndole en virtud de Breve apostólico, indulgencia plenaria al concluir su Misa Pontifical.”

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