PROCESION

 

El Capítulo de Caballeros Penitentes de Cristo Redentor desde su fundación, incorporó al inicio de la procesión, delante de la Cruz-guía, un sólo tambor, sus bordones destemplados, manifestando así la imponente austeridad de éste Capítulo Penitencial.

La procesión está organizada como un Vía-Crucis con catorce estaciones, en cada una de las cuales y a lo largo del recorrido, la imagen, que va sobre andas a hombros de doce penitentes, se va relevando por turnos de hermanos delimitados por veinticuatro cruces.

La campana se incorporó a la procesión en la década de los ochenta y representa a la comunidad de Religiosas Dominicas unidas en oración durante el recorrido procesional por las calles de Toledo. La inscripción del varal tallado del que pende: “Mi morada es casa de oración”, es semejante a la frase que figura en una de las sobreportadas del Monasterio de Santo Domingo el Real que da acceso a la clausura. Es llevada a hombros y en turnos por los hermanos más jóvenes; sus toques inician el canto del “Miserere…” durante la procesión.

El Capítulo de Caballeros Penitentes de Cristo Redentor, al incorporarlo a su cortejo procesional desde su fundación, deseó que con esta oración y desde lo más profundo del corazón, todos sus hermanos elevasen al cielo esta plegaria, este suspiro de arrepentimiento y de esperanza dirigido a Dios misericordioso.

Un joven con tambor anunciaba la salida del cortejo de penitentes en la plaza que en tantas ocasiones inspiró a Bécquer. Todos hombres, los penitentes de rostro desconocido con el tradicional farol toledano. Dos centenares de Caballeros Penitentes salen en silencio a las calles de Toledo. El mismo resonar de las pisadas de quiénes llevaban a Jesús al Gólgota. En el suelo, cantos rodados, alisados, punzantes, para un caminar afligido, y Cristo Redentor cae por el peso de la cruz. En las estrechas calles de Buzones, Capuchinas, Tendillas… la penumbra y el silencio de la noche. La imagen de Cristo Redentor avanza sombría y doblada en su caída, con su mirada perdida y aturdida, una afligida anatomía velada por seis faroles de Julio Pascual en las andas talladas por Guerrero Malagón, quien tantas veces plasmó en sus lienzos, tablas y cartones a Cristo Redentor, el nazareno de la noche de Miércoles Santo. Este es el único “Paso”. El “Paso” del Señor por las tortuosas calles de Toledo. “Miserere mei Deus…”

Comienza la madrugada y la procesión de Caballeros Penitentes, sombría, más que sigilosa es susurrante. Cuando los hermanos que portan las andas hunden sus horquillas, cuando el madero golpea contra el canto, se siente que el alma del costalero se desgarra y su cara se cubre de pesar. Las capuchas negras no son “capirotes”, son frailunas y adheridas a la cabeza, sólo mirando al “Enlosado”.

Cobertizos de Santa Clara y Santo Domingo. Cristo Redentor entre cuatro paredes angostas, oscuras, una capilla entre el techo y el suelo que los costaleros a ras de suelo, hincan sus nudillos por el pavimento. Sólo se escucha la voz del capataz… “abajo…abajo… más abajo”. La procesión está regresando al templo. El redoble del tambor cesa. Y como un grito unánime, a una sola voz, todo el pueblo suplica el perdón: “Misericordia, Dios mío…”

Cristo Redentor en la capilla de su Monasterio de Clausura hasta el próximo Miércoles Santo

NUEVO RECORRIDO PROCESIONAL

Lugar

Iglesia del Monasterio de Santo Domingo el Real

Itinerario

Salida de la iglesia del Monasterio de Santo Domingo El Real- calle Buzones- plaza de Buzones- calle de la Merced- calle Tendillas- calle Esteban Illan-plaza de Padilla- calle María Pacheco- plaza de la Cruz- travesía de la Cruz- calle de las Bulas- plaza de Valdecaleros- calle Aljibillos- calle Rojas- plaza de El Salvador- calle Trinidad- callejón de Jesús y María- calle Alfonso XII, cobertizo de san Pedro Mártir- calle San Clemente- plaza de San Román- calle San Román- plaza del Padre Juan de Mariana- calle Alfonso X El Sabio- plaza de San Vicente- cubillo de San Vicente-cobertizo de Santa Clara- cobertizo de Santo Domingo El Real- plaza de Santo Domingo El Real- Entrada a la iglesia del Monasterio de Santo Domingo El Real.